Instituto Presidente Errázuriz

"50 AÑOS Evangelizando Chile"

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Evangelio Día Miércoles 13 Septiembre 2017

Miércoles de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario

San Juán Crisóstomo 

Leer el comentario del Evangelio por 
Beato Pablo VI: “Mirando a sus discípulos, Jesús dijo: ‘Dichosos los pobres, es para vosotros el Reino de Dios’” 

Pablo a los Colosenses 3,1-11.

Hermanos: 
Ya que ustedes han resucitado con Cristo, busquen los bienes del cielo donde Cristo está sentado a la derecha de Dios. 
Tengan el pensamiento puesto en las cosas celestiales y no en las de la tierra. 
Porque ustedes están muertos, y su vida está desde ahora oculta con Cristo en Dios. 
Cuando se manifieste Cristo, que es nuestra vida, entonces ustedes también aparecerán con él, llenos de gloria. 
Por lo tanto, hagan morir en sus miembros todo lo que es terrenal: la lujuria, la impureza, la pasión desordenada, los malos deseos y también la avaricia, que es una forma de idolatría. 
Estas cosas provocan la ira de Dios. 
Ustedes mismos se comportaban así en otro tiempo, viviendo desordenadamente. 
Pero ahora es necesario que acaben con la ira, el rencor, la maldad, las injurias y las conversaciones groseras. 
Tampoco se engañen los unos a los otros. Porque ustedes se despojaron del hombre viejo y de sus obras 
y se revistieron del hombre nuevo, aquel que avanza hacia el conocimiento perfecto, renovándose constantemente según la imagen de su Creador. 
Por eso, ya no hay pagano ni judío, circunciso ni incircunciso, bárbaro ni extranjero, esclavo ni hombre libre, sino sólo Cristo, que es todo y está en todos. 


Lucas 6,20-26.

Jesús, fijando la mirada en sus discípulos, dijo: «¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece! 
¡Felices ustedes, los que ahora tienen hambre, porque serán saciados! ¡Felices ustedes, los que ahora lloran, porque reirán! 
¡Felices ustedes, cuando los hombres los odien, los excluyan, los insulten y los proscriban, considerándolos infames a causa del Hijo del hombre! 
¡Alégrense y llénense de gozo en ese día, porque la recompensa de ustedes será grande en el cielo. De la misma manera los padres de ellos trataban a los profetas! 
Pero ¡ay de ustedes los ricos, porque ya tienen su consuelo! 
¡Ay de ustedes, los que ahora están satisfechos, porque tendrán hambre! ¡Ay de ustedes, los que ahora ríen, porque conocerán la aflicción y las lágrimas! 
¡Ay de ustedes cuando todos los elogien! ¡De la misma manera los padres de ellos trataban a los falsos profetas!»

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : 

Beato Pablo VI, papa 1963-1978 
Exhortación apostólica “Sobre el gozo cristiano” 

“Mirando a sus discípulos, Jesús dijo: ‘Dichosos los pobres, es para vosotros el Reino de Dios’”

 

Es importante captar bien el secreto del gozo insondable que es propio de Jesús y del cual está lleno...  Si Jesús irradia una tal paz, una tal seguridad, una tal alegría, una tal disponibilidad, es por el amor inefable que siente al ser amado por su Padre. En el momento de su bautismo a orillas del Jordán, este amor, presente desde el primer instante de su encarnación, se manifestó: “Tú eres mi Hijo, el amado, el predilecto” (Lc 3,22). Esta certeza es inseparable de la conciencia de Jesús. Es una presencia que jamás le deja solo (Jn 16,32). Es un conocimiento íntimo que le llena: “El Padre me conoce y yo conozco al Padre” (Jn 10,15). Es un intercambio incesante y total: “Todo lo mío es tuyo, y todo lo tuyo es mío” (Jn 17,10)... “Tú me has amado antes de la fundación del mundo” (Jn 17,24). Hay ahí una relación incomunicable de amor que se confunde con la existencia de Hijo y que es el secreto de la vida trinitaria: en ella el Padre aparece como el que se da al Hijo sin reserva ni intermitencia, en un impulso de generosidad gozosa, y el Hijo, el que se da al Padre de la misma manera, con un impulso de gratitud gozosa, en el Espíritu Santo. 

Y he ahí que los discípulos y todos los que creen en Cristo, son llamados a participar de este gozo. Jesús quiere que tengan en ellos mismos su gozo y plenitud (Jn 17,13): “Les he dado a conocer tu Nombre, para que el amor que me tenías esté en ellos, como también yo estoy en ellos” (Jn 17,26). 

Este gozo de permanecer en el amor de Dios comienza ya aquí abajo. Es el gozo del Reino de Dios. Pero se concede a lo largo de un camino escarpado, que pide una confianza total en el Padre y en el Hijo, y una preferencia por el Reino. El mensaje de Jesús promete, ante todo, el gozo, este gozo exigente; ¿no es este el que comienza con las Bienaventuranzas? “Dichosos los pobres, porque de ellos es el reino de los cielos. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque seréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque os alegraréis”.

Evangelio Día Martes 12 Septiembre 2017

Martes de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario

Beato Pedro Cristóbal Faverge, San Francisco Ch‘oe Kyong-hwam 

Leer el comentario del Evangelio por 
San Ambrosio : “El pasa la noche orando a Dios” 

Pablo a los Colosenses 2,6-15.

Vivan en Cristo Jesús, el Señor, tal como ustedes lo han recibido, 
arraigados y edificados en él, apoyándose en la fe que les fue enseñada y dando gracias constantemente. 
No se dejen esclavizar por nadie con la vacuidad de una engañosa filosofía, inspirada en tradiciones puramente humanas y en los elementos del mundo, y no en Cristo. 
Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad, 
y ustedes participan de esa plenitud de Cristo, que es la Cabeza de todo Principado y de toda Potestad. 
En él fueron circuncidados, no por mano de hombre, sino por una circuncisión que los despoja del cuerpo carnal, la circuncisión de Cristo. 
En el bautismo, ustedes fueron sepultados con él, y con él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos. 
Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con él, perdonando todas nuestras faltas. 
El canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz. 
En cuanto a los Principados y a las Potestades, los despojó y los expuso públicamente a la burla, incorporándolos a su cortejo triunfal. 


Lucas 6,12-19.

Jesús se retiró a una montaña para orar, y pasó toda la noche en oración con Dios. 
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos y eligió a doce de ellos, a los que dio el nombre de Apóstoles: 
Simón, a quien puso el sobrenombre de Pedro, Andrés, su hermano, Santiago, Juan, Felipe, Bartolomé, 
Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Simón, llamado el Zelote, 
Judas, hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor. 
Al bajar con ellos se detuvo en una llanura. Estaban allí muchos de sus discípulos y una gran muchedumbre que había llegado de toda la Judea, de Jerusalén y de la región costera de Tiro y Sidón, 
para escucharlo y hacerse curar de sus enfermedades. Los que estaban atormentados por espíritus impuros quedaban curados; 
y toda la gente quería tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos. 

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : 

San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia 
Comentario sobre San Lucas 5,42s 

“El pasa la noche orando a Dios”

 

El Señor ora, no afín de implorar por él, sino de obtener por mí. Bien que el Padre ha puesto todas las cosas a disposición del Hijo, el Hijo por tanto, para realizar, plenamente su condición de hombre, juez a propósito para implorar al Padre por nosotros; pues él es nuestro abogado. No agudicéis oídos insidiosos, imaginando vosotros que es debilidad lo que Cristo pide, para obtener lo que no puede cumplir, al que es el autor de todo poder. Maestro en obediencia. Cristo nos forma por su ejemplo en los preceptos de la virtud: “Nosotros tenemos-él ha dicho-un abogado ante el Padre”(1Jn 2, 1). Si él es abogado, debe interponerse por mis pecados. No tanto como punto de debilidad sino por la bondad con que implora. ¿Queréis saber hasta qué punto él quiere eso, y puede? El es a la vez abogado y juez; en lo uno reside el oficio de compasión, en lo otro la insignia del poder. “El pasa la noche orando a Dios”. El os ha dado un ejemplo, una huella, un modelo a imitar. 

¿Qué es necesario hacer por nuestra salvación cuando Cristo pasa la noche en oración?¿Qué hace cada cual cuando queréis emprender un deber de piedad, cuando Cristo, en el momento de enviar a sus Apóstoles, ha orado y ha orado sólo? En ninguna parte, si yo no me engaño, se encuentra que él ha orado con los Apóstoles; por tanto él reza solo. Es que el gran designio de Dios no puede ser apoderarse de los deseos humanos, y que ninguno pueda tener parte en el pensamiento íntimo de Cristo. ¿Vosotros queréis saber las partes en que él, ha orado bien por mí y no por él? “El llama a sus discípulos y escoge a doce”para enviarlos, sembradores de la fe, a propagar el auxilio y la salvación a los hombres en todo el universo.

Evangelio Día lunes 11 Septiembre 2017

Lunes de la vigésima tercera semana del tiempo ordinario

San Juan Gabriel Perboyre 

Leer el comentario del Evangelio por 
San Ambrosio : «Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho» 

Pablo a los Colosenses 1,24-29.2,1-3.

Ahora me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. 
En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque de acuerdo con el plan divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios, 
el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso manifestar a sus santos. 
A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria. 
Nosotros anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo. 
Por esta razón, me fatigo y lucho con la fuerza de Cristo que obra en mí poderosamente. 
Sí, quiero que sepan qué dura es la lucha que sostengo por ustedes, por los de Laodicea y por tantos otros que no me conocen personalmente. 
Mi deseo es que se sientan animados y que, unidos estrechamente en el amor, adquieran la plenitud de la inteligencia en toda su riqueza. Así conocerán el misterio de Dios, que es Cristo, 
en quien están ocultos todos los tesoros de la sabiduría y del conocimiento. 


Lucas 6,6-11.

Otro sábado, entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. 
Los escribas y los fariseos observaban atentamente a Jesús para ver si curaba en sábado, porque querían encontrar algo de qué acusarlo. 
Pero Jesús, conociendo sus intenciones, dijo al hombre que tenía la mano paralizada: "Levántate y quédate de pie delante de todos". El se levantó y permaneció de pie. 
Luego les dijo: "Yo les pregunto: ¿Está permitido en sábado, hacer el bien o el mal, salvar una vida o perderla?". 
Y dirigiendo una mirada a todos, dijo al hombre: "Extiende tu mano". El la extendió y su mano quedó curada. 
Pero ellos se enfurecieron, y deliberaban entre sí para ver qué podían hacer contra Jesús. 

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : 

San Ambrosio (c. 340-397), obispo de Milán y doctor de la Iglesia 
Comentario al evangelio de Lucas, V, 39 

«Había allí un hombre que tenía parálisis en el brazo derecho»

 

La mano que Adán había alargado para coger el fruto del árbol prohibido, el Señor la impregnó de la savia saludable de las buenas obras, a fin de que, secada por la falta, fuera curada por las buenas obras. En esta ocasión Jesús acusa a sus adversarios que, con su falsas interpretaciones, violaban los preceptos de la Ley; ellos defendían que en día de sábado era preciso no hacer ni tan sólo buenas obras, siendo así que la Ley, que prefiguraba en el presente lo que debía ser en el futuro, dice, ciertamente, que es el mal el que no debe trabajar, pero no el bien... 

Has oído las palabras del Señor: «Extiende el brazo». Este es el remedio para todos. Y tú que crees tener sana la mano, vigila la avaricia, vigila que el sacrilegio no la paralice. Extiéndela a menudo: extiéndela hacia el pobre que te suplica, extiéndela para ayudar al prójimo, para socorrer a la viuda, para arrancar de la injusticia al que ves sometido a una vejación inmerecida; extiéndela hacia Dios por tus pecados. Es de esta manera que se extiende la mano; es de esta manera que sana.

Evangelio Día viernes 08 Septiembre 2017

Fiesta de la Natividad de la Virgen María

San Pedro Claver 

Leer el comentario del Evangelio por 
San Juan Damasceno : “Celebremos con gozo el nacimiento de la Virgen María: por ella nos vino el Sol de justicia” (Antífona del canto de entrada) 

Miqueas 5,1-4a.

Así habla el Señor: 
Y tú, Belén Efratá, tan pequeña entre los clanes de Judá, de ti me nacerá el que debe gobernar a Israel: sus orígenes se remontan al pasado, a un tiempo inmemorial. 
Por eso, el Señor los abandonará hasta el momento en que dé a luz la que debe ser madre; entonces el resto de sus hermanos volverá junto a los israelitas. 
El se mantendrá de pie y los apacentará con la fuerza del Señor, con la majestad del nombre del Señor, su Dios. Ellos habitarán tranquilos, porque él será grande hasta los confines de la tierra. 
¡Y él mismo será la paz!


Mateo 1,1-16.18-23.

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: 
Abraham fue padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos. 
Judá fue padre de Fares y de Zará, y la madre de estos fue Tamar. Fares fue padre de Esrón; 
Esrón, padre de Arám; Arám, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón. 
Salmón fue padre de Booz, y la madre de este fue Rahab. Booz fue padre de Obed, y la madre de este fue Rut. Obed fue padre de Jesé; 
Jesé, padre del rey David. David fue padre de Salomón, y la madre de este fue la que había sido mujer de Urías. 
Salomón fue padre de Roboám; Roboám, padre de Abías; Abías, padre de Asá; 
Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorám; Jorám, padre de Ozías. 
Ozías fue padre de Joatám; Joatám, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; 
Ezequías, padre de Manasés. Manasés fue padre de Amón; Amón, padre de Josías; 
Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos, durante el destierro en Babilonia. 
Después del destierro en Babilonia: Jeconías fue padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; 
Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliacím; Eliacím, padre de Azor. 
Azor fue padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquím; Aquím, padre de Eliud; 
Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob. 
Jacob fue padre de José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, que es llamado Cristo. 
Este fue el origen de Jesucristo: María, su madre, estaba comprometida con José y, cuando todavía no habían vivido juntos, concibió un hijo por obra del Espíritu Santo. 
José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, resolvió abandonarla en secreto. 
Mientras pensaba en esto, el Angel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: "José, hijo de David, no temas recibir a María, tu esposa, porque lo que ha sido engendrado en ella proviene del Espíritu Santo. 
Ella dará a luz un hijo, a quien pondrás el nombre de Jesús, porque él salvará a su Pueblo de todos sus pecados". 
Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: 
La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: "Dios con nosotros". 

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : 

San Juan Damasceno (c. 675-749), monje, teólogo, doctor de la Iglesia 
Homilía sobre la Natividad de la Virgen 

“Celebremos con gozo el nacimiento de la Virgen María: por ella nos vino el Sol de justicia” (Antífona del canto de entrada)

 

Hoy una puerta virginal se adelanta; por ella, el Dios que existe mucho más allá de todos los seres, ha de “venir al mundo” “corporalmente”, según la expresión de Pablo (Hb 1,6; Col 2,9). Hoy, un tallo ha salido de la raíz de Jesé (Is 11,1), de donde para el mundo saldrá una flor unida a la divinidad por su naturaleza. Hoy, a partir de la naturaleza terrestre, ha sido formado un cielo sobre la tierra por aquel que, antaño, hizo que el firmamento fuera sólido separándolo de las aguas y elevándolo hasta las alturas. Pero es un cielo mucho más sorprendente que el primero, porque el mismo que creó el cielo al principio, hoy se ha levantado de este nuevo cielo, como un sol de justicia (Ml 3,20)… La luz eterna, nacida antes de los siglos de la luz eterna, el ser inmaterial e incorpóreo, toma un cuerpo de esta mujer y, como un esposo, se adelanta hacia fuera de la cámara nupcial (Sl 18,6)… 

Hoy, “el hijo del carpintero” (Mt 13,55), la Palabra siempre en acto de aquel que todo lo ha creado por medio de él, el brazo poderoso del Dios Altísimo… se ha construido una escalera viviente, cuya base está plantada en la tierra y cuyo final se eleva hasta el cielo. Dios descansa sobre ella; es la que Jacob contempló en imagen (Gn 28,12); por ella Dios, en su inmovilidad, ha descendido, o mejor aún, se ha inclinado condescendientemente, y así “se ha hecho visible sobre la tierra y ha convivido con los hombres” (Ba 3,38). Porque estos símbolos representan su venida entre nosotros, su anonadamiento por pura gracia, su existencia terrestre, el verdadero conocimiento que da de sí mismo a los que están en la tierra. La escalera espiritual, la Virgen, ha sido plantada en la tierra, porque ella toma su origen de la tierra, pero su cabeza se ha levantado hasta el cielo… Es por ella y por el Espíritu Santo que “el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros” (Jn 1,14).  Por ella y por el Espíritu Santo se ha hecho realidad la unión del Dios con los hombres.

Evangelio Día jueves 07 Septiembre 2017

Jueves de la vigésima segunda semana del tiempo ordinario

San Juan Nicomedia 

Leer el comentario del Evangelio por 
San Antonio de Padua : «No temas: desde ahora serás pescador de hombres» 

Pablo a los Colosenses 1,9-14.

Por eso, desde que nos enteramos de esto, oramos y pedimos sin cesar por ustedes, para que Dios les haga conocer perfectamente su voluntad, y les dé con abundancia la sabiduría y el sentido de las cosas espirituales. 
Así podrán comportarse de una manera digna del Señor, agradándolo en todo, fructificando en toda clase de obras buenas y progresando en el conocimiento de Dios. 
Fortalecidos plenamente con el poder de su gloria, adquirirán una verdadera firmeza y constancia de ánimo, 
y darán gracias con alegría al Padre, que nos ha hecho dignos de participar de la herencia luminosa de los santos. 
Porque él nos libró del poder de las tinieblas y nos hizo entrar en el Reino de su Hijo muy querido, 
en quien tenemos la redención y el perdón de los pecados. 


Lucas 5,1-11.

En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. 
Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. 
Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca. 
Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: "Navega mar adentro, y echen las redes". 
Simón le respondió: "Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes". 
Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. 
Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. 
Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: "Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador". 
El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; 
y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: "No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres". 
Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron. 

Extraído de la Biblia: Libro del Pueblo de Dios. 

Leer el comentario del Evangelio por : 

San Antonio de Padua (1195-1231), franciscano, doctor de la Iglesia 
Sermones para el domingo y fiestas de los santos 

«No temas: desde ahora serás pescador de hombres»

 

      «Por tu palabra, echaré las redes.» Es contando con la gracia celestial y la inspiración sobrenatural que hay que echar las redes de la predicación. Si no es así, es en vano que el predicador echa las líneas que marcan sus palabras. La fe de los pueblos no se obtiene a través de sermones muy bien compuestos sino por la gracia de la llamada divina... ¡Oh fructuosa humildad! Cuando los que en un momento determinado no habían recogido nada, se fían de la palabra de Cristo y recogen una multitud de peces... 

«Por tu palabra, echaré las redes.» Cada vez que le he echado por mi cuenta, he querido conservar para mí lo que te pertenece. Soy yo quien ha predicado, y no tú; mis palabras y no las tuyas. Por eso no he recogido nada. O bien si he recogido alguna cosa, no es pescado sino ranas, que sólo sirven como charlatanas de mis alabanzas... 

«Por tu palabra, echaré las redes.» Extender las redes sobre la palabra de Jesucristo, es o atribuirse nada a sí mismo, sino atribuírselo todo a él; es vivir conforme a lo que cada uno predica. Es entonces que se cogen gran cantidad de peces.

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